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Feliz Navidad les deseamos desde Casa de Alianza / Carta P. Joselo

Queridos amigos de Casa de Alianza,


“No hay mal que por bien no venga”. “Dios escribe derecho con líneas torcidas”.

“Todo redunda para el bien de aquellos que aman a Dios”. “En la debilidad, la pequeñez y la ignorancia del hombre se manifiesta la fuerza, la grandeza y la sabiduría de Dios”. Son todas frases que hemos escuchado muchas veces… y que, en el misterio de la fe, creemos

profundamente. Pareciera que la Navidad vuelve a confrontarnos con esta verdad. En pocos

días celebraremos el nacimientos de un niño pequeño, frágil e ignorante (los niños no saben

nada). Celebraremos un nacimiento en condiciones extrañas y adversas.


Pesebre, espera del nacimiento en la Iglesia grande de la casa

Celebraremos un nacimiento que, sin duda, ninguno de nosotros desearía para sus familiares. Y lo celebramos, porque conocemos el desenlace de la historia, el final de aquel suceso tan insignificante y desapercibido. Nosotros miramos y celebramos la historia desde su final, un final que creemos por la fe: el triunfo de la Resurrección de Jesús, el hombre de 33 años que se entregó por todos nosotros y que también alguna vez fue un pequeño bebé.


La esperanza cristiana se construye sobre esta fe. Al igual que la vida, muerte y

resurrección de Jesús se construye sobre su pobre nacimiento, así también la esperanza de

Adviento, la primera esperanza cristiana, se ancla en la Navidad. Qué lindo es volver a

contemplar este misterio de Belén para despertar en nosotros la esperanza. No importa

cuán mal lo hayamos hecho en este año, no importante cuánto desorden hayamos creado

en torno nuestro, no importan las desilusiones, los desencuentros, las peleas, las divisiones,

los rencores, las frustraciones y las pérdidas, siempre de nuevo vuelve a ser Navidad. Desde

lo pequeño, incluso desde la pequeñez de nuestros pecados, Dios quiere volver a hacer

historia con nosotros, levantándonos hasta la entrega y el amor pleno de la cruz, y la

plenitud y alegría máxima de la Resurrección. Por eso nos gusta tanto la Navidad y nunca

dejaremos de celebrarla, porque festejamos a aquel que se hizo pequeñez para poder tocar

nuestra pequeñez y así levantarla hacia el cielo. Qué gran regalo.



Casa de Alianza no ha estado exenta de pequeñeces y dificultades este año 2021.

Desde que comenzó la pandemia hemos experimentado la limitación, la pequeñez y el

pecado humano. En muchos momentos de este año se acentuó. Y sin embargo, Dios, y la

Mater, que vive junto a la casa, en su santuario original, y también en la casa, mostraron una

y otra vez cómo El levanta del polvo, toca lo manchado, sana al herido y llama al pequeño.

Qué grande es Dios, que se anima siempre de nuevo a algo así… y qué linda es la Navidad,

que nos lo recuerda. Por eso esta Navidad será única en Casa de Alianza. Será un cántico de

gratitud por el Niño Jesús que visita a su familia, no importando el momento que vive. La

visita para sacarla de la oscuridad e introducirla en la luz. Y esto nos llena de esperanza.


Les quiero desear una feliz Navidad. A los que han sido heridos, feliz Navidad, y a los

que están sanos, feliz Navidad. A los que han perdido a un ser querido o a un amigo, feliz

Navidad, y a los que gozan de sus vínculos, feliz Navidad. A los que están en carestía, feliz

Navidad, y a los que están en abundancia, feliz Navidad. A los que se sienten pequeños,

impotentes e ignorantes, feliz Navidad, y a los que Dios está sosteniendo en una alta

autoestima, feliz Navidad. A los que no logran deshacerse de sus miedos, rencores y rabias,

feliz Navidad, y a los que tienen el corazón en paz, feliz Navidad. A los alejados de Jesús,

también feliz Navidad, y a los que lo llevan en sus corazón, feliz Navidad. Qué Dios nos

bendiga a todos con una profunda y feliz Navidad. Les dejo un abrazo fraterno y sepan que

rezamos por todos ustedes en Casa de Alianza.


P Joselo

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