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Hace 80 años, un 21 de noviembre la Casa de Alianza fue entregada al cuidado de la Mater

Actualizado: 22 jun 2021


Hoy es un día especial para la Casa de Alianza. Hace 80 años fue entregada formalmente al cuidado de la Mater, frente a la amenaza del nacionalsocialismo. 21 de noviembre de 1940. El régimen de los nazis veía la casa con ojos deseosos, pues era un buen lugar para la formación de su propia gente. Por eso, astutamente, los schoenstattianos cambiaron el nombre de Bundesheim (casa de la federación; también puede traducirse por casa de alianza) a Exerzitienhaus (casa de ejercicios). El primer nombre hacía referencia a un grupo que, eventualmente, podía ser peligroso para los nazis. El segundo nombre se refiere más una casa de eventos inocuos para el régimen. Esto sucedió ya el 1939. Luego vino la entrega de la casa a la protección de María en un día como hoy hace 80 años, 1940.



Finalmente, el 25 de marzo de 1941, día de la Anunciación, día mariano, la casa se convirtió en un lazareto, en un hospital de guerra (gracias a un oficial del ejército amigo de Schoenstatt), lo cual termina por salvarla de la amenaza nacionalsocialista y permite además que las Hermanas de María sigan viviendo en ella y que el padre Kentenich siga predicando retiros. Aunque esto no duraría mucho, pues ese mismo año, el 20 de septiembre, saldrá de esta casa hacia la prisión de Koblenz.






La historia es increíble y la presencia de la Mater en ella, más aún. A su regreso del campo de concentración de Dachau en 1945, el padre Kentenich volverá a vivir en la Casa de Alianza. En 1948 se colocará una estatua de María y una placa de agradecimiento a ella por sus cuidados y protección durante los difíciles tiempos de la segunda guerra mundial. Actualmente esa figura preside el patio interior de la casa.


Queridos amigos, edificios como estos nos recuerdan muchas cosas. Y nos llevan a dar gracias a Dios por su generosidad con sus hijos en la historia concreta que les toca vivir. Que este día sea una oportunidad para alabar y bendecir a Dios por el don de la Casa de Alianza y de su historia, y que Él nos ayude a que en este lugar sigan formándose apóstoles al servicio de la Iglesia, así como nuestro fundador siempre lo soñó en su vida.


Nos vemos en Casa de Alianza, donde espero que nos podamos tomar un buen café y charlar sobre cosas de Dios y María. Mientras tanto, reciban mi bendición desde Schoenstatt y que la Virgen les sonría en todo,


P Joselo


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